José Carlos Mariátegui (1894-1930). Foto: RCPAL
Recientemente, el periodista y escritor
Santiago Roncagliolo promocionó su última publicación, "La cuarta espada", como un reportaje basado estrictamente en hechos históricos y testimonios directos sobre Abimael Guzmán y Sendero Luminoso. Sin embargo, al leerlo nos llevamos la sorpresa de encontrar buen número de errores de información y de interpretación de nuestro pasado remoto y reciente. La mayor parte de estos han sido mencionados por la
Revista Caretas y en los blogs de
Roberto Bustamante y de
Alberto de Belaúnde.
En esta post queremos llamar la atención sobre un párrafo donde el autor tergiversa la ideología de José Carlos Mariátegui. En la página 49 de su obra, Roncagliolo escribió:
“Según Mariátegui, la revolución en el Perú no será obrera sino campesina, porque el Perú carece de industria, es un país agrario, así que los oprimidos están en el campo”.
La verdad es que para un marxista “convicto y confeso” como José Carlos Mariátegui, la revolución socialista solo podía ser dirigida por la clase obrera. En los años de Mariátegui sí había fábricas como las textiles de Vitarte y el proletariado peruano, aunque no era grande en número, estaba organizado sindicalmente y los obreros consiguieron con sus luchas la conquista de la jornada laboral de 8 horas en enero de 1919. Además, también había asalariados en las minas de la sierra y en las modernas haciendas azucareras de la costa norte del Perú.
Para el fundador del Partido Socialista del Perú, el campesinado y los intelectuales progresistas debían aliarse al proletariado que era la única clase social que podía realizar la revolución anticapitalista y antiimperialista en nuestro país y en el Mundo.
En el libro "Apogeo y Crisis de la República Aristocrática" los historiadores Alberto Flores Galindo y Manuel Burga señalan que para Mariátegui
“solo el proletariado, a pesar de su debilidad numérica, estaba en condiciones de poder realizar la tarea”. También nos recuerdan que el comité directivo del Partido Socialista fundado en 1928
“estaba compuesto por 4 obreros, 1 vendedor ambulante, 1 empleado y 1 intelectual”. Finalmente, resaltan que según el Amauta,
“dado que el desarrollo capitalista de la sociedad peruana proseguía, el proletariado iría engrosando sus filas, depurando sus relaciones de clase”.
En el primero de sus 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, Mariátegui escribió las características económicas del Perú hacia 1928 e inicia con:
“La aparición de la industria moderna. El establecimiento de fábricas, usinas, transportes, etc. , que transforman, sobre todo, la vida de la costa. La formación de un proletariado industrial con creciente y natural tendencia a adoptar un ideario clasista ...”.
Es de reconocer que Roncagliolo se esforzó en conseguir entrevistas con los protagonistas de la guerra subversiva y contrasubversiva, pero su punto débil es el poco cuidado que puso en la investigación histórica, sobre todo tratándose de temas donde lo académico e ideológico decidieron el destino de millones de peruanos.