José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, marqués de Aulestia, fue uno de los pocos nobles limeños que abrazó la causa de la independencia. Al no haber alcanzado buenas posiciones burocráticas por ser un "criollo" o "español americano" se vinculó a los patriotas desde los tiempos del virrey Abascal. Él fue uno de los principales informantes que tenía don José de San Martín cuando llegó al Perú con su Ejército Unido de los Andes.
En una de las cartas escritas al libertador argentino, en 1820, Riva Agüero le informó sobre el grado de compromiso de los habitantes de Lima con los ideales independentistas (*):
"... los de la clase alta aunque desean la independencia no darán sin embargo ni un paso para lograrlo o secundarla, pues como tienen a sus padres empleados o son mayorazgos, o son hacendados, no se afanan mucho por mudar de existencia política, respecto a que viven con desahogo bajo el actual gobierno. Los de la clase media que son muchos no harán nada tampoco activamente hasta que no vengan los libertadores y les pongan las armas en la mano, su patrimonio solo sirve para regar noticias, copiar papeles de los independientes, formar proclamas etc, levantar muchas mentiras que incomodan al gobierno y nada más. Los de la clase baja que comprende este pueblo, para nada sirven ni son capaces de una revolución. En una palabra, no hay que esperar ningún movimiento que favorezca los del ejército protector de esta capital. Pues en ella reina la indolencia, una miseria, una flojedad, una insustancialidad, una falta absoluta de heroísmo, de virtud republicanas en general, que nadie resollará aunque vean subir al cadalso un centenar o dos de patriotas ..."
En una de las cartas escritas al libertador argentino, en 1820, Riva Agüero le informó sobre el grado de compromiso de los habitantes de Lima con los ideales independentistas (*):
"... los de la clase alta aunque desean la independencia no darán sin embargo ni un paso para lograrlo o secundarla, pues como tienen a sus padres empleados o son mayorazgos, o son hacendados, no se afanan mucho por mudar de existencia política, respecto a que viven con desahogo bajo el actual gobierno. Los de la clase media que son muchos no harán nada tampoco activamente hasta que no vengan los libertadores y les pongan las armas en la mano, su patrimonio solo sirve para regar noticias, copiar papeles de los independientes, formar proclamas etc, levantar muchas mentiras que incomodan al gobierno y nada más. Los de la clase baja que comprende este pueblo, para nada sirven ni son capaces de una revolución. En una palabra, no hay que esperar ningún movimiento que favorezca los del ejército protector de esta capital. Pues en ella reina la indolencia, una miseria, una flojedad, una insustancialidad, una falta absoluta de heroísmo, de virtud republicanas en general, que nadie resollará aunque vean subir al cadalso un centenar o dos de patriotas ..."
* Citado por Jorge Basadre en La Iniciación de la República (p. 46), y por Gustavo Montoya en La Independencia del Perú y el fantasma de la revolución (p. 61).
Este personaje histórico no estaba a la altura de su tiempo: era un noble. Aunque buscase la independencia era un contrarrevolucionario. Se ve su desprecio absoluto por el pueblo. Parece más bien un personaje del Despotismo Ilustrado del siglo anterior al que vivia: "Todo para el pueblo (independencia), pero sin el pueblo (despotismo antiliberal)". Llama la atención su descripción del inmovilismo de las clases medias, o sea de la burguesía criolla. En aquellos tiempos la burguesia sería el motor de todo, pero la burguesia española y latinoamericana eran conservadoras, poco amantes del trabajo y de la industrialización, a diferencia de los anglosajones británicos o estadounidenses.
ResponderBorrarPor cierto, una pregunta me asalta la curiosidad: ¿la nobleza criolla tenía iguales provilegios que la sociedad estamental del Antiguo Régimen en la metrópoli o en la Europa preindustrial?
Saludos.
Riva Agüero tuvo el mérito de trabajar para la independencia desde los años de la invasión napoleónica en España. Muchos otros aristócratas limeños se convirtieron en "patriotas" recién cuando llegó San Martín en 1820, y después volvieron a proclamarse realistas.
ResponderBorrarY sí, la nobleza criolla de Lima tenía grandes privilegios a semejanza de la de Madrid. Además fue más abundante que en cualquier otra ciudad americana.