21 abr 2011

CARICATURAS DE PRESIDENTES DEL PERÚ

El jueves 14 de abril la Biblioteca Nacional del Perú inauguró la exposición titulada "La Rebelión de los lápices. El Perú del siglo XIX en caricaturas, donde se muestran cientos de dibujos de personajes históricos y sucesos políticos de las primeras décadas de vida republicana. 





Los gráficos pertenecen a los periódicos y revistas que se valieron del arte para influir en la opinión pública, ensalzando o denigrando a los gobernantes de turno. Por ejemplo, se puede ver a los presidentes Ramón Castilla, Andrés Avelino Cáceres y Nicolás de Piérola retratados como defensores del pueblo o como tiranos sin compasión. También hay ilustraciones de los conflictos que tuvimos con Chile y Ecuador.

La exhibición está abierta al público hasta el domingo 29 de mayo, de 8.30 a.m a 8.30 p.m. La dirección es avenida de la Poesía 160, San Borja. El ingreso es gratuito y se permite tomar fotografías.






Caricaturas de Presidentes del Perú (siglo XIX) 
Fotos: Freddy Gómez 

Ramón Castilla.

Rufino Echenique. Mariano Ignacio Prado. Manuel Pardo y Lavalle. Andrés Avelino Cáceres. Nicolás de Piérola.



19 abr 2011

EL TRABAJO DE FRANCISCO DE ZELA

Retrato de Francisco de Zela perteneciente al Centro de Estudios Históricos Militares del Perú. Foto: Freddy Gómez.

El trabajo de Francisco de Zela 

De 1792 a 1811, Francisco de Zela y Arizaga trabajó como "fundidor, ensayador y balanzario" de la Caja Real de Tacna. Este empleo requería de conocimientos especializados en el manejo de instrumentos para la fabricación monedas. Por suerte, había sido un aplicado alumno de su propio padre, quien había comprado el cargo en 1771.

El metal que beneficiaba Francisco de Zela provenía de la mina de Huantajaya, ubicado en el desierto de Tarapacá. Un promedio de 20 barras de plata "piña" o "en pasta" (libre de impurezas) llegaban a Tacna cada mes. Zela se encargaba de fundirlos en una callana (tiesto) colocada en un horno alimentado por un fuelle de gran tamaño. Acto seguido acuñaba las monedas (pesos y reales) utilizando moldes, cinceles y punzones.

El historiador Lizardo Seiner señala que su sueldo era 91.5 pesos mensuales, lo que le permitía vivir sin sobresaltos, vestir con elegancia y mantener un esclavo. En 1796 contrajo matrimonio con María Natividad Siles, una bella tacneña de apreciable fortuna. Continúa aquí >>



17 abr 2011

NIÑEZ Y JUVENTUD DE FRANCISCO DE ZELA

Francisco de Zela (1768-1821).
Dibujo: Óscar López Aliaga.

Niñez y juventud de Francisco de Zela 

Francisco Antonio de Zela y Arizaga nació en los Barrios Altos de Lima el 24 de julio de 1768. Sus padres fueron el gallego Alberto de Zela y Neyra y la chalaca (natural del Callao) María Mercedes Arizaga. Fue el cuarto de seis hijos (una mujer y cinco varones). A comienzos de 1769 fue bautizado en la Iglesia de Santa Ana, situada en la plaza del mismo nombre.

Sus primeros años de vida transcurrieron en su casa natal, ubicada en la Calle de las Cruces, actual jirón Huanta. Su padre trabajó como administrador de algunas haciendas de Lima, hasta que en 1771 compró el empleo de ensayador, fundidor y balanzario de las minas de Caylloma, en la actual región Arequipa. Francisco Antonio tenía entonces 3 años de edad y quedó a cargo de su madre, quien pocos años después lo inscribió en la parroquia de Santa Ana para aprender las primeras letras y estudiar el catecismo. Su niñez transcurrió apaciblemente en los alredores de la tradicional Plaza de Santa Ana, hoy llamada Plaza Italia.




Sobre sus estudios juveniles, sus biógrafos no han hallado documentos contundentes. Solo se sabe que estudió en uno de los dos colegios mayores que funcionaban en Lima después de la expulsión de los jesuitas en 1767: El Seminario de Santo Toribio o el Convictorio de San Carlos. El historiador Lizardo Seiner Lizarraga, cuya biografía de Zela es nuestra principal fuente, revisó los archivos del Seminario de Santo Toribio y no encontró el nombre de nuestro personaje, por lo que es muy probable que haya estudiado en San Carlos, cuya documentación de la época aún no ha sido investigada con prolijidad.

En 1786, cuando tenía 18 años de edad, emprendió viaje a Tacna. Su padre se había hecho cargo de la fundición de esta ciudad y quería que su hijo aprendiera los secretos del "noble arte del ensaye y fundición" para después dejarle este cargo hereditario. Desde entonces Francisco Antonio fue capacitado por su propio padre, hasta que el 18 de setiembre de 1792 éste murió por un disparo accidental del cacique Toribio Ara. Con la ayuda de la viuda, doña María, se logró gestionar el traspaso del puesto de ensayador, fundidor y balanzario al joven Francisco, quien a sus 24 años de edad aprobó el riguroso examen de la Sociedad Minerológica de Arequipa. El documento oficial del nombramiento fue firmado por el virrey Francisco Gil de Taboada. Continúa aquí >>