13 sept 2010

¿QUIÉN FUE MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA?

¿Quién fue Miguel Hidalgo y Costilla?

Miguel Hidalgo y Costilla Gallaga fue el sacerdote criollo que inició la Guerra de Independencia de México en setiembre de 1810. Los mexicanos lo consideran “El Padre de la Patria”.

Nació en Guanajuato en 1753. A los 17 años llegó a ser maestro de Filosofía y Teología, destacando como difusor de ideas ilustradas. En 1778 se ordenó Sacerdote, y en 1788 se convirtió en rector del colegio San Nicolás de Michoacán. Siendo párroco del pueblo de Dolores trató de ayudar a los más pobres adiestrándolos en diversas manufacturas para el mercado local.

Cuando Napoleón Bonaparte invadió España en 1808, Miguel Hidalgo se unió a los movimientos patriotas que trabajaban por la independencia de México (Conspiración de Querétaro). En la madrugada del 16 de setiembre de 1810, lanzó el famoso "Grito de Dolores" arengando al pueblo a tomar las armas y luchar contra los españoles que apoyaban al Rey usurpador José Bonaparte, hermano de Napoleón.


El cura Hidalgo lideró un ejército improvisado de origen popular, con el que ganó algunas batallas y organizó un gobierno en Guadalajara. Aquí decretó la abolición de la esclavitud y los tributos indígenas. Lamentablemente, no hizo mucho por evitar los saqueos y asesinatos cometidos por sus seguidores contra civiles criollos y españoles. Al poco tiempo, las tropas realistas recuperaron posiciones y lo vencieron en la batalla de Puente de Calderón (17 de enero de 1811). Hidalgo intentó escapar a los Estados Unidos, pero fue capturado en Coahuila. Murió fusilado en Chihuahua el 30 de julio de 1811.

11 sept 2010

BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO

Héroes de la Independencia Mexicana.
Dibujo: Riikardo (Deviantart).


Bicentenario de la Independencia de México

Estamos a cinco días del Bicentenario del Grito de Dolores, el llamado que hizo el cura Miguel Hidalgo y Costilla a la lucha por la emancipación mexicana. Aquel 16 de setiembre de 1810 el cura Hidalgo encendió la chispa revolucionaria que no se apagó hasta que los mexicanos consiguieron su independencia política once años después.

Hidalgo logró formar un ejército popular de 60000 hombres, la mayoría campesinos desposeídos que odiaban por igual a los gachupines (españoles) y criollos. Pero las masas se desbordaron y cometieron horrendos excesos que desprestigiaron al movimiento separatista. En menos de un año las fuerzas realistas derrotaron a Hidalgo y lo fusilaron en Chihuahua (30-07-1811).

Otro sacerdote tomó la posta. Fue el cura José María Morelos, quien organizó un ejército más disciplinado, lo que le permitió controlar gran parte del centro y sur del país. Bajo su protección se reunió el Congreso de Anahuac, que en 1814 aprobó la primera Constitución de México. Al año siguiente, tras varias derrotas militares fue derrotado y fusilado.

El tercer líder independentista fue Vicente Guerrero, que había luchado en las filas de Morelos desde 1812. Tras varios años de victorias y derrotas en el sur del país, en 1821 negoció la paz con el general Agustín de Iturbide y firmaron el famoso Plan de Iguala, donde acordaron proclamar la Independencia de México, pero respetando los privilegios de la oligarquía criolla y la Iglesia Católica. Iturbide fue proclamado Primer Emperador de México, formando un gobierno sordo a las demandas del pueblo que había iniciado la Revolución. Al poco tiempo Iturbide fue derrocado y los caudillos vencedores se enfrascaron en sucesivas guerras civiles, que nos hacen recordar a los primeros años del Perú independiente.

Con esta entrada, iniciamos en Amautacuna de Historia una serie de artículos dedicados a los principales personajes y episodios de la Independencia de México, país por el que guardamos mucho cariño y admiración.

Monumento al cura Miguel Hidalgo en Lima.
Foto: Arturo Gómez.

7 sept 2010

LA BATALLA DE LIMA (Continuación)

Dibujo: Miguel Ángel Yzaguirre.
La batalla de Lima
(Continuación)

Los escuadrones incas de la vanguardia peleaban con ferocidad y destreza con sus porras y lanzas, pero eran diezmados por los infantes y caballeros que los herían y mataban sin piedad alguna. En todas las calles cercanas a la Plaza de Armas se luchaba sin descanso, con ferocidad y rabia por ambos lados. El fuego y hierro de los españoles arrasaban con muchos aucarunas. Los escuadrones de caballería hacían demasiado daño en los guerreros indígenas, que no dejaban de pelear con ánimo invencible.

La batalla era más cruel y feroz que nunca, y Quizu Yupanqui luchaba a pocos metros de la casa de Pizarro, cuando un escuadrón de 60 jinetes arremetió contra el batallón indígena que lo rodeaba. En esta violentísima embestida murieron muchos nobles capitanes rebeldes. En ese decisivo momento uno de los caballeros llamado Pedro Martín de Sicilia se acercó temerariamente al general incaico y le incrustó su lanza en el pecho, haciéndole caer sobre los demás guerreros que yacían desangrados.

La muerte del gran apuquispay llenó de júbilo a Francisco Pizarro y sus soldados. Fue un golpe muy duro para los atacantes. La irreparable pérdida hizo que las tropas rebeldes se replegaran hacia el cerro San Cristóbal. Cuando curaban sus herídas y reponían fuerzas para una segunda ofensiva, se enteraron de la llegada de centenares de refuerzos cristianos y de los indomables chachapoyas para la defensa de Lima.

Los capitanes cusqueños Illa Túpac, Puyu Vilca, Páucar Waman y Yamki Yupanqui acordaron la retirada rumbo a la sierra central, por las rutas de Canta y Huarochirí. En las alturas andinas tendrán nuevas oportunidades para cubrirse gloria, como Quizu Yupanqui.

Estatua de Francisco Pizarro en el Parque de la Muralla (Centro de Lima).
Foto: Arturo Gómez.