24 nov 2009

LA BATALLA DE TARAPACÁ

Batalla de Tarapacá, en la Guerra del Pacífico.
Pintura: Aguirre Jaramillo.

La batalla de Tarapacá

Al amanecer del 27 de noviembre de 1879 el grueso del ejército peruano (3000 hombres) se alistaba en Tarapacá para iniciar la marcha hacia Arica, siguiendo a las dos divisiones que se habían adelantado y ya estaban en Pachica.

Era las 9 y 30 de la mañana cuando tres arrieros llegaron a Tarapacá con una noticia urgente: un ejército chileno se acercaba por el oeste veloz y peligrosamente. El coronel Andrés Avelino Cáceres, por iniciativa propia, llevó su batallon Zepita, dividido en tres columnas, a ganar las alturas. Fue seguido por el coronel Manuel Suárez y su batallón 2 de Mayo. Afortundamente los nuestros sorprendieron a la vanguardia chilena del coronel Ricardo Santa Cruz. Cargaron a la bayoneta con un empuje incontenible, logrando ponerlos en fuga después de tres horas de sangrienta lucha.

Parelelamente, en el sector de la quebrada el coronel Francisco Bolognesi y su batallón Guardias de Arequipa, apoyados por los coroneles Ríos y Bedoya, lograron aplastar a las fuerzas del chileno Eleuterio Ramírez. El choque fue extremadamente encarnizado, con muchas bajas por ambos lados. Pero la victoria se inclinó para los peruanos, que incluso lograron arrebatar el estandarte de Chile que llevaba el Segundo de Línea.

Alrededor de las 12 y 30 terminó la primera fase de la batalla. Durante media hora se detuvo el combate. Los chilenos aprovecharon para reagruparse y los peruanos para reorganizarse.

Cerca de la 1 y 30 los chilenos, al mando del coronel Luis Arteaga, reanudaron la carga contra la posición del coronel Andrés Avelino Cáceres, que afortunadamente ya estaba reforzado por el batallón Iquique del coronel Alfonso Ugarte, y las columnas de Moore, Meléndez y Somocurcio. El enconado enfrentamiento fue muy sangriento. Ambas fuerzas combatieron sin darse cuartel, hasta que a las 4 de la tarde llegó la división Vanguardia de Justo Pastor Dávila, que afortunadamente había regresado de Pachica con sus 1400 hombres. Este refuerzo fue decisivo para terminar la batalla. Sus mortífero fuego de fusilería obligó a los chilenos, derrotados, a batirse en retirada.

MÁS DATOS:

1. En la batalla de Tarapacá los chilenos contaron con artillería y caballería; los peruanos no.
2. Los ocho cañones que traían los chilenos fueron capturados por los nuestros.
3. Murieron 534 chilenos y 236 peruanos.
4. Andrés Avelino Cáceres vio morir a su hermano Juan en sus brazos.
5. Alfonso Ugarte fue herido en el cráneo, pero luchó hasta el final de la batalla.
6. También luchó junto a los nuestros la columna boliviana Loa, con 226 hombres.

23 nov 2009

EL DÍA QUE PERÚ PERDIÓ IQUIQUE

La Torre del Reloj de Iquique fue construida por el alcalde peruano Alfonso Ugarte en 1877. Foto: Delfín (Picasa).

El 23 de noviembre de 1879
el Perú perdió Iquique para siempre, cuando la última tropa que la defendía, comandada por José Miguel de los Ríos, partió con destino a la aldea de Tarapacá. Fue una orden de coronel Belisario Suárez, para reforzar al ejército que provenía de Dolores o San Francisco.

Ríos le encargó el mando de la ciudad al prefecto López Lavalle, quien en la tarde del mismo día se la cedió al cuerpo consular, el que a su vez se la entregó a los chilenos. Los prisioneros capturados en el combate de Iquique (21 de mayo de 1879) fueron liberados y los tripulantes de la escuadra enemiga desembarcaron inmediatamente en Iquique. Como comandante de la plaza quedó el tristemente célebre Patricio Lynch.

Mientras tanto Ríos y sus 1034 hombres, la mayoría indígenas, iniciaba su marcha de 112 kilómetros, cruzando el abrasador desierto, rumbo a Tarapacá. Después de cuatro infernales días de caminata arribaron a su destino solo 900 hombres; eso sí, cargando las cajas de municiones que serían tan valiosas para la gran batalla del 27 de noviembre.

Desde Dolores e Iquique las tropas peruanas confluyeron en Tarapacá a finales de noviembre de 1879. Mapa: Wilhelm Ekdahl.

22 nov 2009

LA BATALLA DE DOLORES O SAN FRANCISCO

Los chilenos estaban en el cerro de Dolores o San Francisco.
Imagen: Ce3jpb (Picasa).

El 19 de noviembre de 1879 se produjo la batalla de Dolores, llamada también batalla de San Francisco. En el cerro de Dolores se habían apostado las tropas chilenas provenientes de Pisagua. Contaban con una excelente artillería y tenían a sus 7000 soldados descansados y con buenas provisiones. Las fuerzas aliadas, encabezadas por el general Juan Buendía, llegaron desde Iquique ese mismo día, después de una dura marcha a través del desierto. Contábamos con 8000 hombres, peruanos y bolivianos, y esperábamos el refuerzo de 3000 bolivianos más que debía traer su presidente Hilarión Daza desde Arica. Lamentablemente esta ayuda nunca llegó, pues Daza se detuvo en la quebrada de Camarones.

Buendía ordenó acampar en la llanura para recuperar fuerzas y asaltar las posiciones chilenas al día siguiente, pero inesperadamente el batallón boliviano Illimani comenzó a disparar y se extendió un ataque desordenado donde muchos soldados peruanos murieron al intentar ascender a los cerros bajo una lluvia de fuego de la artillería enemiga. El héroe de la infausta jornada fue el cusqueño Ladislao Espinar. Este coronel, con un puñado de indómitos compatriotas del batallón Zepita, llegó a tomar un cañón chileno en las alturas del cerro, y siguió luchando hasta que un balazo le atravesó la frente.

Al llegar la noche las tropas peruanas se replegaron, cruzaron la pampa de Tamarugal y se dirigieron hacia el pueblo de Tarapacá; mientras que los batallones bolivianos regresaron a su país. Los chilenos no se atrevieron a perseguir a los nuestros, por el temor de ser sorprendidos con un contraataque si descendían de sus excelentes posiciones.