
El 23 de noviembre de 1879 el Perú perdió Iquique para siempre, cuando la última tropa que la defendía, comandada por José Miguel de los Ríos, partió con destino a la aldea de Tarapacá. Fue una orden de coronel Belisario Suárez, para reforzar al ejército que provenía de Dolores o San Francisco.
Ríos le encargó el mando de la ciudad al prefecto López Lavalle, quien en la tarde del mismo día se la cedió al cuerpo consular, el que a su vez se la entregó a los chilenos. Los prisioneros capturados en el combate de Iquique (21 de mayo de 1879) fueron liberados y los tripulantes de la escuadra enemiga desembarcaron inmediatamente en Iquique. Como comandante de la plaza quedó el tristemente célebre Patricio Lynch.
Mientras tanto Ríos y sus 1034 hombres, la mayoría indígenas, iniciaba su marcha de 112 kilómetros, cruzando el abrasador desierto, rumbo a Tarapacá. Después de cuatro infernales días de caminata arribaron a su destino solo 900 hombres; eso sí, cargando las cajas de municiones que serían tan valiosas para la gran batalla del 27 de noviembre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por leer y comentar en AMAUTACUNA DE HISTORIA.