Cronistas como Polo de Ondegardo y Bernabé Cobo mencionan que del Templo del Sol, el Coricancha, salían unas líneas o rayas imaginarias llamadas ceques. Estos caminos ceremoniales señalaban el rumbo a seguir para adorar a las huacas, apus y pacarinas durante las grandes fiestas religiosas.
El etnohistoriador Tom Zuidema señala que fueron 41 ceques y 328 adoratorios en las comarcas cercanas al Cusco y los cuatros suyos del imperio.
Fuentes:
- ESPINOZA, Waldemar, Los Incas, Amaru Editores, Lima, 1997.
- TANTALEAN Arbulú, Javier, PIRV: Espacio, economía y poder, Tomo II, Fondo editorial Del Congreso del Perú, Lima, 2002.
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