Una sentencia con garantía histórica
Por Héctor López Martínez en El Comercio
La sentencia leída ayer contra Alberto Fujimori por el caso del allanamiento del domicilio de la esposa de Vladimiro Montesinos es la primera que recibe un ex jefe de Estado a lo largo de la República y en el marco del debido proceso, con todas las garantías que señala la ley, a la vista de los medios de comunicación e, inclusive, atendiendo cuidadosamente la salud del procesado.
Otra cosa ocurrió a la caída del presidente Augusto B. Leguía. La Junta de Gobierno presidida por Luis Sánchez Cerro creó, mediante el Decreto 7040 del 31 de agosto de 1930, el Tribunal de Sanción Nacional. Este debía investigar y juzgar a todas las personas que entre el 4 de julio de 1919 y el 30 de agosto de 1930 se hubieran beneficiado indebidamente de los fondos públicos.
Podían ser funcionarios de todos los niveles o personas ajenas al aparato estatal. La lista de quiénes debían ser juzgados la preparó el Ministerio de Gobierno. Esto dio lugar a múltiples atropellos, venganzas y ausencia total de garantías.
El ex presidente Leguía, gravemente enfermo, fue juzgado junto con sus hijos. El 7 de enero de 1931 se les sentenció por enriquecimiento ilícito al pago de 25 millones de soles. El doctor Alfonso Benavides Loredo, desinteresadamente, asumió la defensa de Leguía y, por ello, sería apresado reiteradamente.
El talante de este tribunal, que no creó un precedente, lo definió uno de sus miembros: "A ellos no les importaba la ley y procedían como mejor les parecía". En suma, todo lo contrario a lo que ocurre con Fujimori.
Puedes conocer más sobre el terrible final del autoritario presidente Augusto B. Leguía en el tomo 12 de Historia de la República de Jorge Basadre. También lee Fujimori repite la misma historia de Leguía, las semejanzas son sorprendentes.
Como siempre nos sorprendes con ese conocimiento histórico preciso y oportuno que te caracteriza. Acabo de leer el post anterior y quedo soprendido aun más en las similitudes tanto de la gestión de ambos, así como del desenlace.
ResponderBorrarComo dices, hay una diferencia justamente en la forma cómo se manejaron las cosas por quienes fueron responsables de investigarlos y condenarlos.
Seguiremos leyendonos!
Saludos galileanos!
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ResponderBorrarGracias Galileus. Afortunadamente, después de Fujimori no se instalaron dictaduras militares como sí ocurrió cuando cayó Leguía
ResponderBorrarSi pues, en general es curioso como la historia se repite con actores diferentes pero situaciones similares.
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