6 mar 2011

EL DESCUBRIMIENTO DEL SEÑOR DE WARI

Javier Fonseca Santa Cruz, el descubridor del "Señor de Wari" o "Señor de Vilcabamba". Foto: Diario El Peruano.

Aquí tenemos el interesante relato del periodista cusqueño Jesús Manya Salas sobre el hallazgo del "Señor de Wari", también llamado "Señor de Vilcabamba". El texto se basa en las declaraciones de Javier Fonseca Santa Cruz, el joven arqueólogo peruano que encabezó el equipo que hizo el sensacional descubrimiento en octubre del año pasado.

Máscara del Señor de Wari. Foto: Giancarlo Shibayama (El Comercio).

El Descubrimiento del Señor de Wari Autor: Jesús Manya Salas. Blog: "Artículos y Ensayos"

¡Carajo es un señor Wari! gritamos los veinticinco trabajadores, dice emocionado Javier Fonseca Santa Cruz, todavía no salíamos de la alegría de tamaño descubrimiento, cuando todos fuimos encañonados por una veintena de “cumpas” que nos preguntaron de qué se trataba, en unos segundos logramos tapar con un montón de tierra a nuestro hallazgo y disimulando explicamos del trabajo, no entendieron mucho del asunto y se retiraron a la jungla de la selva, en cinco minutos pasamos dos momentos de alegría y angustia. ¡Carajo el Señor de Vilcabamba, se ha defendido! Gritamos y nos abrazamos. No era la primera vez que incursionaban los senderistas, lo hicieron en varias ocasiones de día y noche en los tres años que hemos venido trabajando en Espíritu Pampa, comenta más tranquilo el antropólogo investigador, nuestra única defensa era la entrega al trabajo frente a un pelotón completamente armado hasta los dientes. Iniciamos el trabajo desde el año 2008, con el proyecto de investigar básicamente las construcciones y restos de la cultura Inka, durante nuestra formación profesional, habíamos aprendido que Vilcabamba fue fundado por Manco Inka como uno de los últimos bastiones de resistencia. Durante los primeros años logramos ubicar el contexto arqueológico, luego concentramos nuestra investigación a unos cuatrocientos metros cuadrados, señala Fonseca Santa Cruz.

Excavaciones en Espiritu Pampa (Vilcabamba, Cusco). Foto: Agencia Andina.

El largo y paciente trabajo del desmonte de arboles y tierra, fue sacrificado y tenaz, fue por el mes de junio del 2010 que empezamos a tener los planos relativamente más claros y empezó a configurarse el contexto de construcciones octogonales, con partes definidas de uso administrativo, ceremonial y otra parte que no quedaba muy claro. Por esos días encontramos la primera pieza cerámica, que tenía todas las características de la cultura Nazca, luego de analizarla pensábamos que probablemente se trataba de un utilitario que llegó circunstancialmente como un objeto de decoración a un culto. Volvimos a emprender la tarea y encontramos la parte de las construcciones de una cámara funeraria. Teníamos una corazonada razona el profesional responsable de Vilcabamba. Las pulsaciones y exigencias del trabajo, hicieron que apuramos la acción porque se venían la época de lluvias, una primera sorpresa llegó cuando encontramos a dos personalidades que hacían antesala de la cámara principal, los cuales tenían un conjunto de armas, cerámicos y atavíos metálicos, al analizarlas llegamos a la conclusión de que estábamos en una construcción Wari, por las características de los colores y figuras pintados en los cerámicos y en la indumentaria metálica que respondía a lo que se llama el Horizonte Medio en que se desarrolló la Cultura Wari entre el 500 y 1000 años DC. Esa fue nuestra primera conclusión dice emocionado el entrevistado.

Hacha del Señor de Wari. Foto: Giancarlo Shybayama (El Comercio).

Desde setiembre trabajamos prácticamente las 24 horas del día, hasta que en la excavación encontramos la cista del personaje que estaba rodeado por una parafernalia de armas, joyas y cuando encontramos las máscara y la pechera, gritamos ¡Carajo es un Wari importante!, estábamos tratando de sacar con sumo cuidado las piezas, que por las inclemencias estaban sumamente deterioradas y oxidadas; cuando de repente uno de los asistente gritó, vienen los “cumpas” refiriéndose a los senderistas, como si se tratara de la vida o la muerte, lo volvimos a enterrar en apenas unos segundos con mucho cuidado y salimos al exterior del mausoleo. Desviamos las conversaciones y se fueron caminando los “tucos”, terminamos de volver a desenterrar todo y contra el tiempo a trabajar para el traslado a la punta de carretera que está ocho horas de caminata por bosques intensos y con las primeras lluvias. El día que emprendimos el traslado, firme y emocionado les dije que debíamos cuidar nuestro equipaje más que nuestra vida, evitar cualquier caída o resbalón por la fragilidad de nuestra encomienda, tanta era la presión que no descansamos ni un momento, como lo hacíamos en anteriores ocasiones que íbamos o regresábamos, llegamos y montamos a los carros para traerlos al laboratorio, dice tranquilo como un deber cumplido el arqueólogo.

Botella de cerámica. Foto: Felipe Tapia (RPP).

Desde diciembre hasta hoy desarrollamos el trabajo de análisis, que ustedes ahora ya conocen, se trata del Señor de Vilcabamba, ese es su nombre original que todos los trabajadores lo hemos bautizado el día de su hallazgo, sabemos que se trataba de una autoridad de una edad de 25 a 35 años como arrojan las primeras investigaciones de su dentadura, lamentablemente por las lluvias y la humedad toda su estructura osea y vestimenta ha desaparecido, culmina emocionado Javier Fonseca Santa Cruz. Hay mucho trabajo que realizar, estamos en la fase inicial del análisis e interpretación, soy consciente que estamos abriendo una nueva etapa de la investigación en el Cusco, casi todos nos habíamos especializado en el inkanismo, ahora tenemos que tener otra mirada más amplia en el tiempo y en el espacio por ejemplo con la influencia Wari en el Antinsuyo y su convivencia con los Inkas, porque las evidencias señalan que estos conocían del panteón y la respetaron, en cambio los waqueros de estos tiempos lograron excavar en cinco lugares, felizmente sin llegar al Señor de Vilcabamba, que resistió al tiempo, a la lluvia, a los waqueros y a los senderistas, termina con una tarea cumplida esta conversación llena de sinceridad y respeto profesional por todos sus trabajadores y jefes, don Javier Fonseca Santa Cruz un hombre joven y sencillo, que ahora es el blanco de las fotos y preguntas de todos los especialistas y medios.

Tesoros del Señor de Wari. Foto: Giancarlo Shibayama (El Comercio).

24 feb 2011

EL SEÑOR DE WARI EN CUSCO

Pectoral del Señor de Wari. Foto: Agencia Andina.

El Señor de Wari en Cusco

Los restos de un rico señor del Imperio Wari que vivió en la selva del Cusco fueron presentados ayer en la Casa Garcilaso de la Ciudad Imperial. Los especialistas señalan que es un hallazgo arqueológico tan importante como el del Señor de Sipán en 1987.



El Señor de Wari habría sido un poderoso funcionario del primer imperio del Perú, surgido en la sierra de Ayacucho en el siglo VII d.C., y que extendió sus dominios por gran parte de los Andes peruanos en menos de doscientos años. Su tumba fue descubierta en el sitio arqueológico de Espiritupampa, provincia de La Convención, región Cusco. Es la misma zona donde siglos más tarde vivieron los llamados "Incas de Vilcabamba" (1537-1572). Este descubrimiento viene a confirmar que el Imperio Wari conquistó parte de la selva peruana, donde construyó llaqtas o centros administrativos mucho antes que el Imperio de los Incas. Los tesoros del Señor de Wari (pectoral, tejidos, vasijas, brazaletes, cetros y más ornamentos de oro y plata) serán exhibidos durante 15 días más en la casa natal del Inca Garcilaso de la Vega, situada en la Plaza Cusipata (Plaza del Regocijo), a dos cuadras de la Plaza de Armas del Cusco.
 



6 feb 2011

GRUPOS HUMANOS DEL PALEOLÍTICO PERUANO

Campamento del Paleolítico peruano en un diorama del Museo de Ancón (Lima).
Foto: Freddy Gómez.


Grupos humanos del Paleolítico peruano

En el Perú los arqueológos han encontrado y estudiado más de 20 lugares con huellas dejadas por hombres paleolíticos. Buena parte son cuevas, como Guitarrero (Ancash), Lauricocha (Huánuco) y Toquepala (Tacna); otros son sitios abiertos donde construyeron campamentos, como la quebrada de Tacahuay (Moquegua) y la pampa de Paiján (La Libertad). A continuación reseñamos a cinco de los principales habitantes del también llamado periodo Lítico (13000 a.C.-7000 a.C.).





1. El hombre de Guitarrero I

El hombre de Guiterrero I vivió unos 13000 años a.C. a orillas del río Santa, en el distrito de Shupluy, provincia de Yungay, región Ancash. Su existencia fue conocida gracias a sus fogatas e instrumentos líticos (chancadores, martillos de piedra, una punta lanceolada, así como un pequeño cuchillo bifacial), descubiertos y estudiados por el arqueólogo estadounidense Thomas Lynch. Es el habitante más antiguo hasta hoy descubierto en el Perú.

2. El hombre de Tacahuay
El hombre de Tacahuay tiene una antigüedad aproximada de 11000 años a.C. Habitó la Quebrada Tacahuay, cerca de Ilo, Moquegua (costa sur del Perú). Fue descubierto por el arqueólogo estadounidense David K. Keefer. Nos dejaron sus instrumentos líticos de obsidiana y lascas, junto a muchos huesos de anchoveta y aves marinas (piqueros y pelícanos). Es el habitante costeño más antiguo del Perú.

3. El hombre de Paiján
El hombre de Paiján habitó la desembocadura del río Chicama, región La Libertad, unos 8000 años a.C. En 1948 el arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle descubrió sus puntas de lanza peduculares, con las cuales cazaba aves y pequeños reptiles llamados pacasos. En la década de 1970 el arqueólogo francés Claude Chauchat desenterró en la zona los esqueletos humanos más antiguos del Perú.

4. El hombre de Toquepala
El hombre de Toquepala es el pintor rupestre más famoso del Perú. Habitó en cuevas y abrigos rocosos de la región Tacna, en el sur del país. En la llamada Cueva del Diablo, unos 7600 años a.C, los cazadores nómadas representaron una escena de cacería colectiva denominada "chacu". El hallazgo se realizó en 1963, siendo Emilio González y Jorge Muelle sus primeros estudiosos.

5. El hombre de Lauricocha
El hombre de Lauricocha habitó las punas de la región Huánuco unos 7500 años a.C. Entre 1958 y 1959 el ingeniero peruano Augusto Cárdich excavó en las cuevas de Lauricocha y descubrió once esqueletos humanos acompañados de abundantes utensilios líticos. En una de las cuevas llamada Chaclaragra halló pinturas que representaban hombres cazando vicuñas.