3 nov 2010

HOMENAJES A CRISTÓBAL COLÓN EN ESPAÑA

Los Reyes Católicos reciben a Cristóbal Colón en Barcelona.
Pintura: V.Turgis.

Homenajes a Cristóbal Colón en España
Texto: Freddy Gómez

Después de agradecer la ayuda de la Virgen María en el Convento de Santa Clara de Moguer, Cristóbal Colón se dirigió a Sevilla, adonde llegó el 31 de marzo de 1493. Se hospedó en el Monasterio de Santa María de las Cuevas, a orillas del río Guadalquivir. Hasta aquí llegó una muchedumbre de curiosos, tratando de ver a los aborígenes y sus papagayos llegados desde “las Indias”. Entre ellos estuvo Bartolomé de las Casas, que entonces era un estudiante de 19 años.

Después de participar de los ritos de Semana Santa y de una gran fiesta organizada por el duque de Medina Sidonia, Colón, su séquito y los indígenas partieron el 9 de abril rumbo a Barcelona, donde los esperaban ansiosos los Reyes Católicos. En el viaje de 10 días pasaron por Córdoba, Murcia, Valencia y Tarragona.

En Barcelona el genovés disfrutó verdaderos momentos de gloria. Sus Altezas ordenaron una gran recepción para el Almirante, a quien solicitaron que se siente junto a ellos en el estrado real. El príncipe Juan, cortesanos e invitados quedaron maravillados por la presencia de los 6 nativos, ataviados con plumas y adornos de oro, y sosteniendo jaulas con coloridos y vocingleros papagayos. Los reyes Isabel y Fernando le confirmaron todos los títulos y privilegios de la Capitulación de Santa Fe y le autorizaron que su escudo de armas lleve la frase “A Castilla y a León Nuevo Mundo dio Colón”.

En los días siguientes, los monarcas tuvieron audiencias privadas con el Almirante. Había que organizar de inmediato una nueva expedición, mucho más grande, hacia las “dominios del Gran Kan”, con quien esperaban hacer gran amistad y, sobre todo, fabulosos negocios.

29 oct 2010

EL REGRESO DE CRISTÓBAL COLÓN A ESPAÑA

Colón.

El regreso de Cristóbal Colón a España
Texto: Freddy Gómez

Para regresar a la Península Ibérica Cristóbal Colón cogió una corriente marina favorable (Corriente del Golfo), lo que le permitió avanzar rápidamente. Al comenzar el mes de febrero de 1493, las carabelas la “Niña” y la “Pinta” alcanzaron el grado 36 de latitud norte y pusieron la proa apuntando al este, rumbo a las islas Azores. Sin embargo, cuando ya estaban cerca, el 11 de febrero se desencadenó una terrible tormenta que duró cuatro días. Los feroces vientos y temibles olas estuvieron a punto de hundir las naves, pero la experiencia del Almirante y la pericia de sus compañeros andaluces lograron evitarlo. La tempestad solo logró separar a la “Pinta”, la que finalmente arribó al puerto de Baiona, en el noroeste de España.

El día 18, la “Niña” ancló en la isla de Santa María, en el archipiélago de Azores, pero sus tripulantes fueron recibidos con hostilidad por el gobernador portugués de la isla, Juan de Castanheda. El 24 de febrero, la nave enrumbó a las costas de Andalucía, pero en la noche del 4 marzo una tempestad empujó la carabela hacia la desembocadura del río Tajo, en Lisboa, Portugal. En la mañana siguiente, ancló en el puerto de Rastelo y los tripulantes se encargaron de propagar la noticia de la hazaña que habían logrado. Los lusitanos quedaron maravillados viendo a los aborígenes y animales exóticos que traían los hispanos.

El 8 de marzo, Colón recibió la invitación del rey Juan II para entrevistarse en el monasterio de Santa María de las Virtudes. Al día siguiente el monarca luso hizo muchas preguntas sobre la ubicación y riqueza de las islas descubiertas. El Almirante le respondió cortésmente y le recordó que antes de acudir a los Reyes Católicos, había solicitado su ayuda, pero fue rechazado. Después de dos audiencias más, Juan II se despidió del genovés y le permitió abandonar Lisboa el 13 de marzo. La “Niña” enrumbó al sur y al día siguiente dobló el cabo de San Vicente y entró en aguas castellanas. Fue el viernes 15 de marzo de 1493 el día en que Colón y sus bravos compañeros llegaron por fin al puerto de Palos, donde fueron recibidos con mucha alegría. De inmediato, Colón envió una carta a los Reyes Católicos, que se hallaban en Barcelona, notificando sus importantes descubrimientos. Continúa aquí >>

24 oct 2010

CRISTÓBAL COLÓN EN LA ESPAÑOLA

Cristóbal Colón.

Cristóbal Colón en La Española
Texto: Freddy Gómez

La “Santa María” y la “Niña” arribaron a la isla Bohío el 6 de diciembre de 1492. Cristóbal Colón la bautizó con el nombre de “La Española” y empezó a explorar el extremo noroccidental de la actual República de Haití. El día 16 avistó una isla a la que nombró “Tortuga” por su semejanza con el caparazón de un quelonio. Siguió navegando hacia el este contemplando el verdor del paisaje y saludando a los nativos que encontraba en las orillas. El 19 ingresó a una bahía a la que llamó “Santo Tomás” (hoy bahía de Acul), fue recibido amistosamente por los nativos. Aquí le contaron que un poco más adelante vivía el cacique Guanacagarí y que al interior había una rica región llamada Cibao. El Almirante se alegró mucho creyendo que Cibao era una derivación de Cipango (Japón).

La noche del 25 de diciembre de 1492, cuando las dos naves costeaban “La Española” frente a “Punta Santa” (hoy Cabo Haitiano), la “Santa María” chocó contra los arrecifes y empezó a hundirse. Vanos fueron los intentos de ponerla a flote, por lo que Cristóbal Colón ordenó sacar sus tablones y mandó construir un fuerte al que llamó “La Navidad”.

Seguir navegando con 70 españoles y varios indígenas cautivos en la pequeña carabela la “Niña” era muy peligroso. Cristóbal Colón decidió dejar en “La Navidad” a 40 cristianos y regresar a España con el resto. Dejó como jefe a don Diego de Arana, les pidió guardar la unidad del grupo y mantener la amistad con los nativos. El 2 de enero de 1493 se despidió de ellos, sin presagiar que no volvería a verlos con vida.

La “Niña” se dirigió rumbo al este y el 6 de enero, en aguas de la actual República Dominicana, se encontró con la “Pinta”. Martín Alonso Pinzón le explicó al Almirante que se había alejado involuntariamente, pero no lo convenció del todo. De todas formas, las dos carabelas continuaron juntas y llegaron a la bahía de Samaná, donde fueron recibidos a flechazos por los feroces indios ciguayos. Colón bautizó el lugar como “Golfo de las Flechas” y decidió dejar de costear “La Española”. El 16 de enero ordenó poner las proas en dirección noreste, rumbo a España. Continúa aquí >>