11 sept 2010

BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO

Héroes de la Independencia Mexicana.
Dibujo: Riikardo (Deviantart).


Bicentenario de la Independencia de México

Estamos a cinco días del Bicentenario del Grito de Dolores, el llamado que hizo el cura Miguel Hidalgo y Costilla a la lucha por la emancipación mexicana. Aquel 16 de setiembre de 1810 el cura Hidalgo encendió la chispa revolucionaria que no se apagó hasta que los mexicanos consiguieron su independencia política once años después.

Hidalgo logró formar un ejército popular de 60000 hombres, la mayoría campesinos desposeídos que odiaban por igual a los gachupines (españoles) y criollos. Pero las masas se desbordaron y cometieron horrendos excesos que desprestigiaron al movimiento separatista. En menos de un año las fuerzas realistas derrotaron a Hidalgo y lo fusilaron en Chihuahua (30-07-1811).

Otro sacerdote tomó la posta. Fue el cura José María Morelos, quien organizó un ejército más disciplinado, lo que le permitió controlar gran parte del centro y sur del país. Bajo su protección se reunió el Congreso de Anahuac, que en 1814 aprobó la primera Constitución de México. Al año siguiente, tras varias derrotas militares fue derrotado y fusilado.

El tercer líder independentista fue Vicente Guerrero, que había luchado en las filas de Morelos desde 1812. Tras varios años de victorias y derrotas en el sur del país, en 1821 negoció la paz con el general Agustín de Iturbide y firmaron el famoso Plan de Iguala, donde acordaron proclamar la Independencia de México, pero respetando los privilegios de la oligarquía criolla y la Iglesia Católica. Iturbide fue proclamado Primer Emperador de México, formando un gobierno sordo a las demandas del pueblo que había iniciado la Revolución. Al poco tiempo Iturbide fue derrocado y los caudillos vencedores se enfrascaron en sucesivas guerras civiles, que nos hacen recordar a los primeros años del Perú independiente.

Con esta entrada, iniciamos en Amautacuna de Historia una serie de artículos dedicados a los principales personajes y episodios de la Independencia de México, país por el que guardamos mucho cariño y admiración.

Monumento al cura Miguel Hidalgo en Lima.
Foto: Arturo Gómez.

7 sept 2010

LA BATALLA DE LIMA (Continuación)

Dibujo: Miguel Ángel Yzaguirre.
La batalla de Lima
(Continuación)

Los escuadrones incas de la vanguardia peleaban con ferocidad y destreza con sus porras y lanzas, pero eran diezmados por los infantes y caballeros que los herían y mataban sin piedad alguna. En todas las calles cercanas a la Plaza de Armas se luchaba sin descanso, con ferocidad y rabia por ambos lados. El fuego y hierro de los españoles arrasaban con muchos aucarunas. Los escuadrones de caballería hacían demasiado daño en los guerreros indígenas, que no dejaban de pelear con ánimo invencible.

La batalla era más cruel y feroz que nunca, y Quizu Yupanqui luchaba a pocos metros de la casa de Pizarro, cuando un escuadrón de 60 jinetes arremetió contra el batallón indígena que lo rodeaba. En esta violentísima embestida murieron muchos nobles capitanes rebeldes. En ese decisivo momento uno de los caballeros llamado Pedro Martín de Sicilia se acercó temerariamente al general incaico y le incrustó su lanza en el pecho, haciéndole caer sobre los demás guerreros que yacían desangrados.

La muerte del gran apuquispay llenó de júbilo a Francisco Pizarro y sus soldados. Fue un golpe muy duro para los atacantes. La irreparable pérdida hizo que las tropas rebeldes se replegaran hacia el cerro San Cristóbal. Cuando curaban sus herídas y reponían fuerzas para una segunda ofensiva, se enteraron de la llegada de centenares de refuerzos cristianos y de los indomables chachapoyas para la defensa de Lima.

Los capitanes cusqueños Illa Túpac, Puyu Vilca, Páucar Waman y Yamki Yupanqui acordaron la retirada rumbo a la sierra central, por las rutas de Canta y Huarochirí. En las alturas andinas tendrán nuevas oportunidades para cubrirse gloria, como Quizu Yupanqui.

Estatua de Francisco Pizarro en el Parque de la Muralla (Centro de Lima).
Foto: Arturo Gómez.

6 sept 2010

LA BATALLA DE LIMA

Quizu Yupanqui durante el ataque a Lima en agosto de 1536.
Dibujo: Constantino Páucar.

La batalla de Lima

El general Quizu Yupanqui y 25 mil soldados incas llegaron a las afueras de Lima a fines de agosto de 1536. El objetivo era destruir la nueva ciudad española y arrojar al mar a sus 400 barbudos. Al pie del cerro San Cristóbal, antes iniciar el ataque, arengó a sus hombres y les hizo jurar que lucharían a muerte para arrojar “al mar a los barbudos”.

Dispuestos a matar a todos los cristianos o morir en el intento, los miles de aucarunas salieron de las faldas del cerro San Cristóbal divididos en tres frentes: el centro con Quizu Yupanqui, el norte con Illa Túpac y el sur con Puyu Vilca.

Puente sobre el río Rímac. Al fondo, el cerro San Cristóbal. Foto: Arturo Gómez.

En Lima, Francisco Pizarro ubicó a sus hombres en puntos estratégicos, rodeados con miles de indios amigos, entre quienes destacaban los yungas, los huancas y los huaylas. Además, confiaba en la inminente llegada de refuerzos hispanos y de tropas de indios chachapoyas, feroces enemigos de los incas.

Cuando empezó la lucha ambas fuerzas estaban separadas solo por el río Rímac. Durante 5 días los rebeldes arrojaron una multitud de flechas y piedras sobre los españoles que se guarecían en tapiales de adobe especialmente construidos para su defensa. Los cristianos respondieron con muchos tiros de arcabuz y sus aliados con una lluvia de flechazos. La caballería se mantuvo a la expectativa de una posible incursión de los atacantes.

Vista del río Rímac en agosto de 2010. A la izquierda, el cerro San Cristóbal. Foto: Arturo Gómez.

Al sexto día Quizu Yupanqui decidió el ataque final sobre Lima. Lanzando aterradores gritos sus tropas empezaron a vadear el río, bajo el fuego y las flechas del enemigo, miles murieron en las primeras horas del violentísimo choque. La lucha cuerpo a cuerpo fue sanguinaria. Los flechazos y lanzadas de los atacantes resbalaban sobre los cascos y corazas de los españoles, pero arrasaban con sus indios auxiliares.

Después de ganar el barrio de Santa Ana (actual Barrios Altos) Quizu Yupanqui y los rebeldes avanzaron hacia la Plaza de Armas, cuadra por cuadra, combatiendo sin temor contra los mortíferos pelotones de caballería. Por el actual jirón Junín, el general cusqueño avanzaba montado en una litera y esgrimiendo un lanza. Continúa aquí