6 sept 2010

LA BATALLA DE LIMA

Quizu Yupanqui durante el ataque a Lima en agosto de 1536.
Dibujo: Constantino Páucar.

La batalla de Lima

El general Quizu Yupanqui y 25 mil soldados incas llegaron a las afueras de Lima a fines de agosto de 1536. El objetivo era destruir la nueva ciudad española y arrojar al mar a sus 400 barbudos. Al pie del cerro San Cristóbal, antes iniciar el ataque, arengó a sus hombres y les hizo jurar que lucharían a muerte para arrojar “al mar a los barbudos”.

Dispuestos a matar a todos los cristianos o morir en el intento, los miles de aucarunas salieron de las faldas del cerro San Cristóbal divididos en tres frentes: el centro con Quizu Yupanqui, el norte con Illa Túpac y el sur con Puyu Vilca.

Puente sobre el río Rímac. Al fondo, el cerro San Cristóbal. Foto: Arturo Gómez.

En Lima, Francisco Pizarro ubicó a sus hombres en puntos estratégicos, rodeados con miles de indios amigos, entre quienes destacaban los yungas, los huancas y los huaylas. Además, confiaba en la inminente llegada de refuerzos hispanos y de tropas de indios chachapoyas, feroces enemigos de los incas.

Cuando empezó la lucha ambas fuerzas estaban separadas solo por el río Rímac. Durante 5 días los rebeldes arrojaron una multitud de flechas y piedras sobre los españoles que se guarecían en tapiales de adobe especialmente construidos para su defensa. Los cristianos respondieron con muchos tiros de arcabuz y sus aliados con una lluvia de flechazos. La caballería se mantuvo a la expectativa de una posible incursión de los atacantes.

Vista del río Rímac en agosto de 2010. A la izquierda, el cerro San Cristóbal. Foto: Arturo Gómez.

Al sexto día Quizu Yupanqui decidió el ataque final sobre Lima. Lanzando aterradores gritos sus tropas empezaron a vadear el río, bajo el fuego y las flechas del enemigo, miles murieron en las primeras horas del violentísimo choque. La lucha cuerpo a cuerpo fue sanguinaria. Los flechazos y lanzadas de los atacantes resbalaban sobre los cascos y corazas de los españoles, pero arrasaban con sus indios auxiliares.

Después de ganar el barrio de Santa Ana (actual Barrios Altos) Quizu Yupanqui y los rebeldes avanzaron hacia la Plaza de Armas, cuadra por cuadra, combatiendo sin temor contra los mortíferos pelotones de caballería. Por el actual jirón Junín, el general cusqueño avanzaba montado en una litera y esgrimiendo un lanza. Continúa aquí

5 sept 2010

LAS VICTORIAS DE QUIZU YUPANQUI (Continuación)

Dibujo: Miguel A. Yzaguirre.

Las victorias de Quizu Yupanqui
(Continuación)

Temiendo que los dos primeros ejércitos enviados hayan sido emboscados y aniquilados por los rebeldes, Francisco Pizarro organizó una tercera expedición al mando del alcalde de Lima Juan Mogrovejo de Quiñones y compuesta por 60 jinetes, igual número de infantes y un fuerte contingente de indios auxiliares. Mogrovejo era un experimentado soldado de la conquista del Perú, y tenía fama de ser excesivamente cruel con los indígenas que no se sometían a sus designios. Era mayo de 1536 cuando partió rumbo a la sierra central, siguiendo la ruta de Jauja, por donde había pasado la expedición de Diego Pizarro sin saber su trágico final.

Cuando por fin llegaron a la cuesta de Parcos (Angaráes, Huancavelica), reconocieron a varios españoles aplastados por pesadas galgas (piedras rodantes) que cayeron de los cerros cercanos . Tarde fue cuando notaron que las tropas de Quizu Yupanqui los estaban rodeando y soltaban rocas gigantes contra ellos. Muchos españoles murieron al instante y los que intentaron fugar fueron cayendo uno a uno hasta quedar todos muertos. Felices por esta tercera victoria los rebeldes avanzaron hacia el valle del Mantaro, tierra de los indios huancas, fervorosos aliados de los cristianos.
Quizu Yupanqui es uno de los grandes héroes de la Resistencia Incaica.
Dibujo: Miguel Ángel Yzaguirre.



Al llegar a Jauja Quizu Yupanqui se encontró con la cuarta expedición enviada por Francisco Pizarro desde Lima con destino al Cusco. La encabezaban el capitán Alonso de Gaete y Cusi Rímac, un hijo de Huayna Cápac y hermano de Manco Inca. Cuando estaba por iniciarse la batalla el príncipe inca desertó del bando hispano y se incorporó a las filas rebeldes, hecho que provocó gran desconcierto entre los cristianos. Intentaron fugar pero fue inútil, Gaete y sus hombres fueron masacrados junto a 900 soldados de la etnia Huanca. Algunos españoles fueron tomados prisioneros para ser sacrificados en agradecimiento al dios Inti, el Sol. Pero dos españoles aprovecharon la noche para escapar. Fueron un hermano de Gaete y un soldado de apellido Cervantes, los mismos que, escapando a Lima, encontraron al capitán Francisco de Godoy liderando la quinta expedición enviada por el Gobernador. Godoy, al saber el trágico fin de los cuatro capitanes anteriores, ordenó a sus tropas (120 españoles y miles de indios amigos) dar media vuelta y huir sin parar hacia Lima.

Con estas victorias las tropas cusqueñas de Quizu Yupanqui reconquistaron las fértiles tierras de la etnia Huanca y reclutaron a miles de sus hombres para la campaña incaica sobre Lima. En esta ciudad cundió el pánico ante la inminente llegada del ejército rebelde. Era julio de 1536, el ejército de Manco Inca combatía heróicamente por reconquistar el Cusco y el de Quizu Yupanqui avanzaba triunfante rumbo a Lima. Los cusqueños nunca estuvieron más cerca de expulsar a todos los españoles y restaurar el Tahuantinsuyo.


4 sept 2010

LAS VICTORIAS DE QUIZU YUPANQUI

Imagen: Municipalidad de Lima.

Las victorias de Quizu Yupanqui
Texto: Freddy Gómez

A comienzos de 1536, el general cusqueño Quizu Yupanqui recibió la orden de atacar y destruir Lima, la recién fundada capital de Nueva Castilla. Mientras Manco Inca sitiaba el Cusco, Quizu Yupanqui, a la cabeza de 25000 aucarunas, enrumbó velozmente al valle del Rímac. Aquí el gobernador Francisco Pizarro, preocupado por la gran rebelión indígena, organizó sus tropas para defender Lima y acudir en auxilio de sus hermanos en el Cusco.

El primer ejército enviado por Francisco Pizarro rumbo al Cusco estuvo al mando de su cuñado, el capitán Gonzalo de Tapia. Constaba de ochenta jinetes, cuarenta infantes y miles de indios amigos y se dirigió primero a Pisco, para luego subir a la Cordillera de los Andes. Muy cerca de la ciudad inca de Huaytará (en la región Huancavelica), los españoles cruzaron el puente sobre el río Pampas, sin saber que las tropas rebeldes los esperaban. Al subir la cuesta de Huaytará los hombres de Gonzalo de Tapia sufrieron una terrible lluvia de piedras y cuando retrocedieron se dieron cuenta de que el puente había sido destrozado. Los españoles se vieron perdidos y aunque lucharon denodadamente por sus vidas todos fueron aniquilados. Igual suerte sufrieron sus indios auxiliares y negros esclavos. Las armas y caballos capturados fueron enviados como trofeos de guerra para Manco Inca.

La expedición de Gonzalo de Tapia fue aniquilada por Quizu Yupanqui en Huaytará (región Huancavelica). Dibujo: Miguel Ángel Yzaguirre.

Sin conocer el trágico final de Tapia, Francisco Pizarro envió otra expedición para darle alcance y ayuda. La encabezó su pariente Diego Pizarro y estuvo conformada por 150 cristianos y buen número de indios aliados. Subieron a la Cordillera por la ruta de Huarochirí y llegaron al valle del Mantaro. En Jauja se les unieron miles de indios huancas y continuaron su marcha al sur. Al subir por la cuesta de Parcos (en Angaráes, región Huancavelica) se encontraron con el victorioso ejército de Quizu Yupanqui. Aprovechando su posición ventajosa los indios atacaron con presteza, logrando dar muerte a todos los españoles y la mayor parte de sus indios amigos.

El ejército de Quizu Yupanqui, con la moral al tope, se alistó para avanzar hacia el valle del Mantaro. Manco Inca, enterado de sus hazañas, le envió una hermosa litera de oro. No era para menos. Por primera vez las tropas incaicas habían derrotado a los españoles, quienes ya no eran vistos como seres divinos e invencibles. Parecía cercano el día de la destrucción definitiva de los barbudos y el inicio de una nueva era para el Tahuantinsuyo. Continúa aquí >>