Vía Los Incas de Arturo Gómez
Su nombre original fue Tito Cusi Huallpa y nació en Tumibamba (Ecuador) cuando su padre, Túpac Yupanqui, estaba en campaña contra los cañaris de la región. Cuando su progenitor fue asesinado, Huayna Cápac era todavía niño y su vida corrió grave peligro por la conspiración de Chuqui Ocllo y Cápac Huari; sin embargo el noble general Huamán Achachi protegió al pequeño heredero y logró ajusticiar a los sediciosos.
Como Huayna Cápac aún no podía asumir el poder, los orejones nombraron un Inca Rantin (regente o sustituto) para que gobierne provisionalmente; este cargo de confianza recayó en Apo Huallpaya. Lamentablemente este orejón fue descubierto en una confabulación traidora por lo que fue capturado y ejecutado por Huamán Achachi, Suyuyuc Apu del Chinchaysuyo.
Templo solar de Ingapirca, construido por Huayna Cápac en Ecuador.
Después de aprobar el Huarachico, Huayna Capac recibió la mascaypacha roja, máximo símbolo del poder incaico. Su gobierno se concentró en los esfuerzos por consolidar el dominio inca en todas las regiones del imperio. En ese sentido realizó diversas campañas para debelar las rebeliones que provocaron muchos curacas. En el Chinchaysuyo dirigió personalmente la represión a los huancas, cañaris, huancavilcas, chonos y punaeños. También aplastó la rebelión de los Chachapoyas y en el extremo norte anexó hasta el río Ancasmayo, en tierras de los pastos de Colombia. Con esto alcanzó los máximos límites que tuvo el Tahuantinsuyo. Teniendo como base de operaciones a la llaqta de Tumibamaba dirigió campañas contra los tallanes, tumpis, cayambes y carangues. Al enterarse de otras rebeliones en el Collasuyo envió a su general Yasca para debelarlas y hacer construir fortalezas en la frontera con los belicosos chiriguanas (guaranies).
Este inca puso especial interés en fortalecer la presencia inca en el norte por lo que engrandeció Tumibamba y Quito, llevó mitimaes cusqueños de alto rango, y mantuvo un gran ejército en la región con sus fieles generales Quis Quis, Calcuchímac y Rumiñahui. También amplió el capac ñan o red vial y se preocupó por mantener con buenas reservas todas las colcas y tambos del imperio. Las crónicas le atribuyen la implantación del sistema de pinacuna o piñas, conviertiendo en “esclavos” a ciertos grupos rebeldes para enviarlos a los duros trabajos en los cocales de la selva alta.
En 1527, mientras residía en Tumibamba, Huayna Cápac escuchó noticias de la presencia de individuos con grandes barbas y extraños vestidos que llegaban por el mar navegando en gigantes “casas de madera” . Se trataba de los españoles que venían en el segundo viaje de Francisco Pizarro. El Inca pidió más noticias sobre ellos, pero los barbudos de pronto dejaron de ser vistos.
En la ciudad del Cusco ejercía como Incap Rantin su hijo Topa Cusi Huallpa (Huascar), el que también había sido elegido como el Hatun Auqui oficial. Sin embargo cuando el Sapan Inca estaba por morir por una extraña epidemia, cambió su decisión nombrando como nuevo sucesor a su hijo Ninan Coyuchi, quien falleció por la misma enfermedad, la viruela, sin haber asumido el mando. Los familiares del Inca muerto formaron el ayllu llamado Tumipampa Panaca.
Como Huayna Cápac aún no podía asumir el poder, los orejones nombraron un Inca Rantin (regente o sustituto) para que gobierne provisionalmente; este cargo de confianza recayó en Apo Huallpaya. Lamentablemente este orejón fue descubierto en una confabulación traidora por lo que fue capturado y ejecutado por Huamán Achachi, Suyuyuc Apu del Chinchaysuyo.
Templo solar de Ingapirca, construido por Huayna Cápac en Ecuador.
Después de aprobar el Huarachico, Huayna Capac recibió la mascaypacha roja, máximo símbolo del poder incaico. Su gobierno se concentró en los esfuerzos por consolidar el dominio inca en todas las regiones del imperio. En ese sentido realizó diversas campañas para debelar las rebeliones que provocaron muchos curacas. En el Chinchaysuyo dirigió personalmente la represión a los huancas, cañaris, huancavilcas, chonos y punaeños. También aplastó la rebelión de los Chachapoyas y en el extremo norte anexó hasta el río Ancasmayo, en tierras de los pastos de Colombia. Con esto alcanzó los máximos límites que tuvo el Tahuantinsuyo. Teniendo como base de operaciones a la llaqta de Tumibamaba dirigió campañas contra los tallanes, tumpis, cayambes y carangues. Al enterarse de otras rebeliones en el Collasuyo envió a su general Yasca para debelarlas y hacer construir fortalezas en la frontera con los belicosos chiriguanas (guaranies).
Este inca puso especial interés en fortalecer la presencia inca en el norte por lo que engrandeció Tumibamba y Quito, llevó mitimaes cusqueños de alto rango, y mantuvo un gran ejército en la región con sus fieles generales Quis Quis, Calcuchímac y Rumiñahui. También amplió el capac ñan o red vial y se preocupó por mantener con buenas reservas todas las colcas y tambos del imperio. Las crónicas le atribuyen la implantación del sistema de pinacuna o piñas, conviertiendo en “esclavos” a ciertos grupos rebeldes para enviarlos a los duros trabajos en los cocales de la selva alta.
En 1527, mientras residía en Tumibamba, Huayna Cápac escuchó noticias de la presencia de individuos con grandes barbas y extraños vestidos que llegaban por el mar navegando en gigantes “casas de madera” . Se trataba de los españoles que venían en el segundo viaje de Francisco Pizarro. El Inca pidió más noticias sobre ellos, pero los barbudos de pronto dejaron de ser vistos.
En la ciudad del Cusco ejercía como Incap Rantin su hijo Topa Cusi Huallpa (Huascar), el que también había sido elegido como el Hatun Auqui oficial. Sin embargo cuando el Sapan Inca estaba por morir por una extraña epidemia, cambió su decisión nombrando como nuevo sucesor a su hijo Ninan Coyuchi, quien falleció por la misma enfermedad, la viruela, sin haber asumido el mando. Los familiares del Inca muerto formaron el ayllu llamado Tumipampa Panaca.
VÍDEO DE INGAPIRCA, Templo incaico en Ecuador.
Fotos: Flickr
* TAMBIÉN LEE LAS BIOGRAFÍAS DE SUS HIJOS: HUÁSCAR Y ATAHUALPA.