La rebelión de Francisco de Zela
(Tercera parte)
(Tercera parte)
El historiador Lizardo Seiner Lizárraga señala que el domingo 23 de junio de 1811 fue el día cumbre de la rebelión, pero también el comienzo del fin. Por la mañana, Francisco de Zela empezó a preocuparse porque en las ciudades y las villas cercanas a Tacna todo estaba en calma y muchos de sus potenciales aliados habían ignorado su llamado a la rebelión general.
De todas maneras, Zela se dirigió a la Pampa de Caramolle para pasar revista a sus tropas, acompañado de sus lugartenientes Cipriano de Vargas y Rafael Gabino de Barrios. Al llegar fue aclamado estruendosamente por sus filas, a lo cual respondió con arengas de victoria, pero de un momento se desvaneció y cayó del caballo. Un ataque cerebral le había hecho perder el sentido, aunque solo por un instante. Sus hombres lo auxiliaron y lo ayudaron a regresar a su domicilio, donde quedó bajo cuidado de su esposa. La dolencia no era mortal, pero una ola de rumores circuló rápidamente en las milicias y la población. El movimiento quedó prácticamente acéfalo.
El día lunes 24 de junio Cipriano de Vargas asumió el mando político, mientras que Gabino de Barrios quedó con el mando militar. El martes 25 Francisco de Zela continuaba postrado sin poder recuperar todas sus facultades. Mientras tanto en Arequipa y Arica las fuerzas realistas se preparaban para caer sobre Tacna en poco tiempo. Los patriotas esperaban impacientes la llegada de ejército argentino comandado por José Castelli, pero el miércoles 26 llegó a Tacna la catastrófica noticia: Catelli había sido derrotado por el realista José Manuel Goyeneche en Guaqui (cerca de La Paz) y sus tropas se batían en retirada hacia Potosí y Jujuy. Continúa aquí >>