Francisco Pizarro. |
La Marcha de Francisco Pizarro al Cusco
Texto: Freddy Gómez
Inmediatamente después del estrangulamiento de Atahualpa los españoles se alistaron para emprender la marcha al Cusco. Antes de la partida (11 de agosto de 1533) sellaron un pacto con el ejército huascarista, reconociendo como nuevo Sapa Inca al joven Túpac Huallpa, más conocido como Toparpa.
Siguiendo la ruta del Capac Ñan (Camino Real) los aliados pasaron por Huamachuco, el Callejón de Huaylas, Huánuco, Pumpo y llegaron al valle del Mantaro a comienzos de octubre de 1533.
En la ciudad de Hatun Xauxa los indios huancas recibieron cordialmente a los hispanos, ya que su presencia había obligado a las tropas del general atahualpista Quizquiz a retirarse a Vilcashuaman, en la región Ayacucho. Sin que lo sepan los huascaristas, Francisco Pizarro prometió a los curacas huancas liberarlos de la dominación cusqueña, consiguiendo así la importante ayuda militar y logística de los indomables guerreros huancas. Extrañamente, por esos días Túpac Huallpa o Toparpa murió envenenado; todas las sospechas apuntaron a Calcuchímac, general atahualpista que iba prisionero, por lo que más tarde fue quemado vivo.
Sin nombrar un nuevo Sapa Inca, a fines de octubre los españoles reanudaron su marcha. La vanguardia la encabezó Hernando de Soto, quien al mando de un pelotón de caballería y un batallón de indios huancas se adelantó demasiado y llegó a Vilcashuaman. Aquí fue sorprendido por el capitán atahualpista Yucra Huallpa, quien logró matar a tres cristianos antes de replegarse hacia el Cusco. Con ánimo de venganza Hernando de Soto persiguió a los atahualpistas hasta el río Apurímac. Al encontrar el puente colgante destruido ordenó a sus hombres vadear el río. Esto fue aprovechado por Quizquis y Yucra Huallpa para arrojarles enormes rocas desde el cerro Vilcaconga logrando matar a otros cinco cristianos. Hubiera sido destruido todo el destacamento, pero la llegada de refuerzos liderados por Diego de Almagro obligó a los atahualpistas a emprender la retirada.
Dos días antes de llegar al Cusco, todos los españoles y sus aliados se reunieron en el pueblo de Jaquijahuana. Aquí se presentó Manco Inca (hermano de Huáscar, Atahualpa y Toparpa), recientemente nombrado Sapa Inca por los nobles huascaristas del Cusco. Francisco Pizarro reconoció su autoridad y le prometió toda la ayuda necesaria para terminar de destruir a sus enemigos atahualpistas. Un último intento de Quizquiz por impedir la pérdida del Cusco fue desbaratado en la batalla de Anta (14-11-1533). En la mañana del 15 de noviembre de 1533, las tropas aliadas encabezadas por Francisco Pizarro y Manco Inca hicieron su ingreso en el Cusco, siendo recibidos por una multitud de indígenas que los aclamaban como sus libertadores.