13 ago 2010

EL SACRIFICIO DE CAHUIDE

Cahuide en la batalla de Sacasyhuaman.
Pintura: Juan Bravo Vizcarra.

El Sacrificio de Cahuide

Durante la gran rebelión de Manco Inca por la reconquista del Cusco y el Tahuantinsuyo (mayo de 1536) sobresalió la figura de un gran general incaico. Muchos lo conocen como Cahuide, aunque su verdadero nombre pudo ser Kullash o Tito Cusi Huallpa.



Estuvo presente en el “Juramento de los Vasos de Oro” que realizó Manco Inca en Calca y peleó con denuedo en el ataque a la Ciudad Imperial. Pero su nombre quedó inmortalizado por haber comandado la toma del templo de Sacsayhuaman y morir luchando en su defensa.

Sacsayhuaman fue el principal bastión tomado por los rebeldes durante el cerco al Cusco. Se la arrebataron a los indios cañaris, fieles aliados de los españoles, después de dos días de sangrientos combates. Cuando Manco Inca se replegó a Ollantaytambo, le encargó a Cahuide defender Sacsayhuaman hasta su retorno.



Cumpliendo su misión el bravo capitán cusqueño y un puñado de selectos guerreros cusqueños rechazaron con piedras y lanzas muchos intentos de los cristianos y cañaris por recuperarla. Entre los hispanos caídos en los combates estuvo Juan Pizarro, hermano del Gobernador Francisco Pizarro. Una pedrada le cayó en la cara y le provocó su muerte. Después de tres días de enconada resistencia, los defensores quedaron sin agua ni alimentos y se atrincheraron en el torreón de Muyucmarca.

El soldado y cronista Pedro Pizarro, testigo presencial de estos hechos, cuenta que Cahuide siguió peleando como un león, yendo de una parte a otra, estorbando a los atacantes que querían subir con escaleras. Cuando casi todos sus compañeros habían muerto o desfallecían, él seguía combatiendo con un morrión y una adarga que le había quitado a los españoles. Cuando por fin un escuadrón encabezado por Hernando Pizarro logró llegar a lo alto del torreón de Muyucmarca, le ofrecieron respetar su vida si se entregaba, pero el legendario guerrero cobrizo arrojó sus armas contra ellos, se cubrió la cabeza con su manto, y se arrojó desde lo alto de la fortaleza para evitar que lo tomasen con vida.