Este relieve conmemorativo de la cruenta ejecución de Túpac Amaru II se encuentra en el parque El Pasatiempo de la ciudad de Betanzos, en Galicia, al noroeste de España. El sadismo del visitador José Antonio de Areche al sentenciar a los líderes de la rebelión de 1780 es considerado uno de los símbolos de la opresión española en Latinoamérica.
18 may 2009
IMAGEN DE TÚPAC AMARU II EN ESPAÑA
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Impresionante relieve sobre la descuartización. Desde luego la metrópoli perdió los papeles en el siglo XVIII. La crueldad cntra el cabecilla de la rebelión es gratuita. En aquellos años no había que esperar amnistías ni perdones pero, al menos un fusilamiento, una horca, algo menos cruel y acorde con la justicia y mentalidad de la época.
ResponderBorrarDesde luego con aquellas escenas no se ayudaba a la imagen de España. Voy comprendiendo cómo se fue gestando el odio antiespañol de la ya cercana e irreversible emancipación.
Saludos.
Otra cosa más. Según leo en otras fuentes parece que el levantamiento de Tupac Amaru fue no menos cruel, lo cual asustó a los criollos y a ciertos cacíques vendidos a los ralistas.
ResponderBorrarPumacahua en 1814 también se subleva con crueldades. Los criollos se asustan y vuelven al redil del españolismo hasta la llegada del ínútil virrey Pezuela, sucesor de Abascal. La ineptitud de este personaje vuelve a exhacerbar los ánimos criollos, los cuales vuelven al independentismo.
Pumacahua fue ejecutado también. Pero ¿también con ejecución dura y represión generalizada? Como consuelo ante esa crueldad, al volver a España Fernando VII tras la guerra contra los franceses, su represión contra los liberales en España fue también feroz, y más tras 1823, después de la experiencia liberal del Trienio 1820-23. Tanto que hasta su muerte se habla de "Ominosa Década" 1823-1833.
Saludos.
Una indecencia fue lo que hicieron algunos colonizadores y conquistadores españoles.
ResponderBorrarTiempos bárbaros y crueles aquéllos. Como dice el compañero Juan, aquí también se las trajo el absolutista Fernando VII, para algunos "el deseado" y que "vivan las cadenas", para otros "rey felón", sátrapa y déspota, también conocido como "tigrekán", un sujeto sin escrúpulos ni miramientos, capaz de traicionar a su padre y a su propio pueblo.
¡Qué tiempos aquéllos que mejor que no vuelvan!