27 ene 2010

EL TERRITORIO DE LOS MAYAS

Hombre maya.
El territorio de los mayas
(Resumen de la cultura Maya aquí)

La cultura Maya se desarrollo en un medio natural muy diverso, con flora y fauna exuberantes. Según las características geográficas su territorio puede ser dividido en tres impresionantes regiones:

1. La península de Yucatán
Donde hoy se ubican los estados mexicanos de Yucatán, Quintana Roo y Campeche. Se caracteriza por el predominio de una meseta calcárea, por donde se filtran las lluvias hasta llegar a la napa freática. Los mayas aprovecharon los cenotes o estanques que aparecían al derrumbarse las capas calizas que cubren las aguas subterráneas.

2. La selva de El Petén
Conformada por las "tierras bajas" de Guatemala, el litoral caribeño del estado mexicano de Quintana Roo y Bélice. Es el típico bosque tropical, con abundantes lluvias, ríos y pantanos.

3. Las región de las montañas 
Comprende el estado mexicano de Chiapas y las "tierras altas" de Guatemala. Se caracteriza por las elevaciones volcánicas, las altiplanicies y la vegetación de sábana.

En estos territorios, sobre todo en El Petén, aún subsisten el jaguar, el tapir, el venado, y variedades de monos, serpientes y aves. Entre las últimas destaca el hermoso quetzal, que fue muy venerado por los mayas.


26 ene 2010

UBICACIÓN DE LOS MAYAS

Sacerdotes mayas. Imagen: Ivy (Flickr).

Ubicación de los mayas

(Resumen corto de la cultura Maya aquí)

La cultura Maya, por sus extraordinarios logros artísticos, matemáticos y astronómicos, fue una de las más grandiosas del continente americano. Geográficamente, se desarrolló en la península de Yucatán, en territorios que hoy pertenecen a las repúblicas de México (Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco) y Guatemala (El Petén e Izabal). También se expandió por algunas partes de Honduras, El Salvador y Bélice.

25 ene 2010

IGLESIAS DEL CENTRO DE LIMA

La Catedral de Lima.

El profesor y blogger español Juan Pérez Amorós nos relata un paseo por las calles del Centro Histórico de Lima, apreciando la belleza arquitectónica de 7 de las principales iglesias de Lima.

LAS IGLESIAS DEL CENTRO DE LIMA
Texto y fotos: Juan Pérez Amorós

INICIANDO EL PASEO Nuestro recorrido se inicia en la Plaza de Armas o Plaza Mayor. El edificio religioso representativo de este espacio urbano será la CATEDRAL (1). Es un edificio poco interesante y muy retocado por las destrucciones a causa de los sismos que han afectado, y afectarán, a la ciudad. Contiene los restos de Pizarro. Adosada a ella se encuentra la Capilla del Sagrario y más adelante, en la misma acera, e igualmente adosado, el Palacio Arzobispal, construcción nueva, del siglo XX, de estilo Neocolonial.
Iglesia de Santo Domingo.
Dejamos la Plaza de Armas para tomar la calle del Conde de Superunda para llegar, a mano derecha, al templo de la orden dominica: SANTO DOMINGO (2), inconfundible por el color rosado de la fachada y su torre-campanario. Guarda los restos de San Martín de Porres y de Santa Rosa de Lima. El claustro es muy original para un español: es estupenda la arquería del segundo piso del claustro, realizada en madera. El claustro (como casi todos los de la ciudad) contiene un maravilloso jardín que nada tiene que ver con los europeos. La torre-campanario asoma vigilante al mismo. En la sala capitular el techo está compuesto por un admirable artesonado mudéjar de madera de cedro de Nicaragua. También es una joya la colección de azulejos sevillanos del siglo XVII. Para mí gusto prticular es el mejor templo de la ciudad, junto al de la Merced.
Iglesia de San Agustín.
Por la calle Caylloma arriba, giramos a la izquierda, por el Jirón de Ica, y llegamos al convento de SAN AGUSTÍN (3), de fachada rojiza. Es una pena porque quedó muy dañado a consecuencia de unos cañonazos en unas refriegas habidas en la ciudad entre diferentes partidarios políticos a finales del siglo XIX. La portada es un ejemplo de la abundante decoración barroca limeña (y latinoamericana en general), comparable al churrigueresco español.
Iglesia de San Marcelo.
Retrocedemos por Ica y, tras cruzar Caylloma, giramos (volteamos, al decir de los limeños) a la izquierda, por el jirón de Rufino Torrico y llegamos a la pequeña, decoradísima y entrañable iglesita de SAN MARCELO (4). Simple, pero equilibrada, con una fachada decorada con mucha profusión. Destaca la pequeñez de las dos torres-campanarios.
Iglesia de La Merced.
POR EL JIRÓN DE LA UNIÓN Tras salir de San Marcelo tomamos la calle Emancipación en dirección SE o de Abancay. Es una calle ancha que cruza las de Torrico, Caylloma y Camaná, para llegar al concurridísimo Jirón de la Unión, verdadero centro social y comercial del corazón de la ciudad de Lima. Tomamos Unión hacia Plaza de Armas y llegamos a la gran joya de la ciudad, templo muy estudiado en manuales de arte: la IGLESIA DE LA MERCED (5). Su fachada y su interior son el mejor ejemplo del barroco recargadísimo latinoamericano. También su interior es un ejemplo del llamado "horror vacui" por el que todo espacio tendría que estar decorado sin excepción. Fue el primer templo que visité en esa Semana Santa de 2009 y ya es de visita obligada en mis sucesivos viajes limeños. Me impresionaron algunos retablos sin pan de oro, de madera excelentemente labrada de cedro nicaragüense. La capilla del padre Urraca me es ya muy familiar. Detalle de la portada, decorada en exceso, cualidad tan propia del Barroco en general y latinoamericano en particular. FINALIZANDO EL PASEO
Ya llegamos a la recta final del paseo por los templos limeños. Llevamos recorridos los templos de las principales órdenes religiosas de la época del virreinato: dominicos, agustinos, mercedarios, y ahora nos quedan por ver los templos jesuita y franciscano, que no podían faltar, sobre todo el de los jesuitas, tan implantados en Latinoamérica con sus misiones evangelizadoras y con sus reducciones en la selva con los indígenas a los que lograron convertir.
Iglesia de San Pedro.
Por Miró Quesada, saliendo por la puerta lateral del crucero de la Merced, cruzamos Carabaya, Lampa y llegamos a la calle de Azángaro, para girar-voltear a la izquierda, para toparnos con SAN PEDRO (6), el templo de la Compañia. Llama la atención la poca decoración de su fachada amarilla. Los otros templos de la Compañía que conozco en América son los de Cusco, Arequipa y el del ecuatoriano de Quito, ejemplos de decoración hiper abundante. Sin embargo su interior (es una pena que no se puedan sacar fotos en los interiores de las iglesias en general) está decorado de forma similar a los otros templos ignacianos. Las efigies típicas de San Francisco de Borja y de San Ignacio de Loyola resaltan en su interior.
Iglesia de San Francisco.
Y, para terminar este introductorio paseo por la vieja Lima, seguimos por la calle de Azángaro, la cual nos conduce directamente, tras cruzar cuatro cuadras: Ucayali, Huallaga, Junín y Áncash, al templo de la orden franciscana: el CONVENTO DE SAN FRANCISCO (7), más comúnmente conocido como las "catacumbas", por la cantidad de huesos humanos en su subsuelo, pues hasta el siglo XIX era un cementerio. Particularmente me gusta, pero me defraudó mis espectativas. A ello se sumó la pésima guía que lo explicaba que, además de tener poca idea, tenía muy mal carácter. Es interesante su biblioteca. En la portada, a su lado izquierdo, si miramos de frente su fachada decorada, tiene adosada la capilla de la Soledad, aunque está en ruinas su interior. Salimos y, por la calle de Áncash, llegamos a la vieja Estación de Desamparados, volteamos a la izquierda, por el jirón de Carabaya y retornamos al punto inicial del paseo: la Plaza de Armas o Plaza Mayor, punto ahora final de nuestra visita paseada por los templos de Lima.