22 may 2008

"INDIANA JONES" EN EL PERÚ

Hiram Bingham buscando las ruinas de Vilcabamba en 1911. Foto: Infoperu

A propósito del estreno de la última película de Indiana Jones la revista Caretas reseñó la historia de tres "aventureros" de la vida real: Hiram Bingham, Gene Savoy y Thor Heyerdal. Todos exploraron en el Perú y contribuyeron a descubrir nuestras maravillas arqueológicas, aunque el primero de éstos no devolvió lo que se llevó.

Perú, Zona de Promesas (tomado de Caretas)

De los aventureros verídicos que han pasado por el país, el más polémico es Hiram Bingham (1875-1956). En la ficción todo se perdona (estrictamente, Jones se deslizó por el Templo Hobito para saquear un tesoro), pero en la realidad no. Es conocido lo que pasó y que no está consignado en los manuales escolares de historia: Bingham, huaquero norteamericano, dio con Machu Picchu en 1911, extrajo de la ciudadela inca 46,332 piezas arqueológicas y se las llevó a la Universidad de Yale. Hasta hoy se negocia la devolución de 4,000 piezas. Difícil imaginar a Indy en tales litigios.

El estadounidense Gene Savoy (1927-2007) descubrió más de 40 ciudades perdidas en Perú (Gran Pajatén, Gran Vilaya y Gran Saposoa, etc.). Se conjetura que la creación de Spielberg y Luca se inspira en él. A diferencia de Indiana, el discípulo de Gene es de su sangre (aunque en La Última Cruzada Sean Connery es el papá y compinche de Jones). El hijo de Gene se llama Sean y es explorador como él. En el 2004, Sean descubrió un complejo arqueológico en Chachapoyas, con pruebas aún en análisis de la presencia del Inca Túpac Yupanqui. La relación de Sean con el Perú es cordial. Su papá hasta recibió medallas del Senado peruano.

El noruego Thor Heyerdahl (1914-2002) es otro aventurero que se encariñó con Perú. Se especializó en un medio que no es el fuerte de Indiana: la expedición marina. Nunca saqueó nada. Se le recuerda por la Expedición Kontiki, de 1947. Con la ayuda de la Marina de Guerra y el presidente José Luis Bustamante y Rivero, Heyerdahl y compañía zarparon del Callao a bordo de una balsa de madera. Navegó 4,300 millas hasta las Islas Tuamotu, probando que los indígenas sudamericanos pudieron haber llegado a Polinesia. Heyerdahl pasaría sus últimos días en Chiclayo y Motupe, antes de fallecer en Italia. También murió en paz con el Perú. (JT)

VIDEO: MISTERIOS DE KUELAP DEL REINO CHACHAPOYAS

GRUPO ENLACE - TE SUEÑO

Plaza de San Martín de Pangoa, Satipo, Perú. Foto: Pangoa.

Tenía 22 años cuando en 1998 visité la selva peruana por última vez. Visitaba a mis tíos maternos en San Martín de Pangoa, a una hora de Satipo. En la radio FM de mis tíos sonaba el grupo boliviano Enlace cuyas canciones ahora recuerdo con nostalgia a través de Youtube. San Martín de Pangoa es un paraiso tropical enclavado en la selva de Junín; espero pronto volver y creo que será escuchando Enlace otra vez.

Vídeo del grupo Enlace de Bolivia: TE SUEÑO


Si te gustó la canción, escucha también
NO ME VUELVO A ENAMORAR, en un concierto en Huancayo.

CONFEDERACIÓN PERÚ - BOLIVIANA

Mapa de la Confederación Perú-Boliviana. Foto: AQPLink

La Confederación Perú Boliviana

Peter Klarén *

La Confederación Perú – Boliviana (1836-1839), fue diseñada por el general Andrés de Santa Cruz, un boliviano que presidió Bolivia entre 1829 y 1839. Santa Cruz. Santa Cruz había dirigido brevemente el incipiente gobierno peruano después de que Bolívar se retirase a Colombia en 1826, en los caóticos días posteriores a la independencia. Una década más tarde vio la oportunidad de llevar a cabo el sueño bolivariano de unir ambos países., aprovechando las constantes guerras civiles que había debilitado el estado peruano. En lo Andes del sur contó con un fuerte respaldo de los liberales, que hacía tiempo esperaban reconstituir los históricos vínculos comerciales con La Paz. Invadiendo el Perú y aliándose de forma oportunista con una u otra de las facciones, Santa Cruz logró capturar Lima y unir ambos países en una confederación en 1836.

Aunque existía una racionalidad esencial para la reconstitución de las fronteras geografia, económicas y culturales del viejo virreinato (el Alto y el Bajo Perú), el destino de la Confederación probablemente estaba impregnado desde el principio por una serie de intereses nacionales e internacionales que jugaban en su contra. El principal de ello lo constituirían los conservadores nacionales, quienes criticaron el intento de imponerle al país la agenda librecambista del sur. Aún cuando Lima segura siendo la capital, a muchos peruanos les irritaba aceptar a un boliviano como su presidente. Tal Vez más importante fue el hecho de que la unificación de los países andinos amenazaba con alterar el equilibrio geopolítico del poder en la costa oeste, en contra de Argentina y Chile. Este último país en particular veía en la Confederación no solamente como una amenaza militar, sino también como u reto a su hegemonía comercial post-independencia en el Océano Pacífico.

En consecuencias Chile y Argentina (Rosas era antiliberal) declararon la guerra a la Confederación 1836 y 1837. A una fallida invasión inicial por parte de Chile en 11837 le siguió otra en 1838, respaldad por un gran contingente de exiliados peruanos, entre ellos el general conservador Agustín Gamarra, así como algunos liberales que se oponían a al estilo autocrático de Santa Cruz. En enero de 1839, el ejército de Santa Cruz fue aplastado en la Batalla de Yungay, poniendo así fina al Confederación.

Fuente:
* KLARÉN, Peter, Nación y Sociedad en la Historia del Perú, pp.199-200, IEP, Lima, 2004.