El Reportero de la Historia dedicó en el último Dominical de El Comercio algunas líneas a Nicolás de Piérola y la francesa Marie Cristine viuda de Gerraud, en su interesante artículo ¿Historia de amantes o amantes de la historia? :
Piérola y su ‘cámara oscura’
Imagen: Nicolás de Piérola y Villena, gobernó el Perú entre 1879-1881 y 1895-1899. Foto: Tierra Inca.
Piérola y su ‘cámara oscura’
Por Jorge Moreno Matos
En el Perú, donde las historias de afiebrados amantes no han sido pocas, destaca una de manera especial por la manera en que se le ha querido soslayar en los libros de historia: la de Piérola y su amante francesa, Madame Marie Cristine viuda de Garreaud, el famoso fotógrafo francés.
Sus biógrafos, que han sido muchos, ignoran por completo este episodio o apenas si se atreven a mencionarlo, ya sea movidos por respeto a la memoria del caudillo o por puro decoro, como son el caso de Alberto Ulloa o Enrique Chirinos Soto. Ricardo Vegas García en su “Presidentas del Perú”, donde hace cumplida reseña de doña Jesús Iturbide, esposa del Califa, nos escamotea totalmente el asunto, algo difícil de comprender ya que Vegas era de una erudición tremenda y en la prensa de la época las referencias a la adúltera relación son profusas. Como aquella letrilla que Hugo Garavito rescata en “La última batalla del Califa”, novela histórica sobre la Revolución de 1895, y que a la sazón refiere: “Dicen que el Jefe Supremo (Piérola) / En Valparaíso heredó / la hermosa cámara oscura / Del fotógrafo Garreaud”.
Quien no se anduvo con miramientos de ningún tipo fue el poeta arequipeño Alberto Hidalgo, que escribió con toda la virulencia que su espíritu inconforme le dictaba: “De pronto, un buen día, la Patria tuvo una rival: era una francesa… En plena guerra con Chile, en la triste guerra del 79, su querida almorzaba y comía con champaña mientras los soldados que peleaban por el honor y el interés de la nación no tenían ni agua para beber”.
En el Perú, donde las historias de afiebrados amantes no han sido pocas, destaca una de manera especial por la manera en que se le ha querido soslayar en los libros de historia: la de Piérola y su amante francesa, Madame Marie Cristine viuda de Garreaud, el famoso fotógrafo francés.
Sus biógrafos, que han sido muchos, ignoran por completo este episodio o apenas si se atreven a mencionarlo, ya sea movidos por respeto a la memoria del caudillo o por puro decoro, como son el caso de Alberto Ulloa o Enrique Chirinos Soto. Ricardo Vegas García en su “Presidentas del Perú”, donde hace cumplida reseña de doña Jesús Iturbide, esposa del Califa, nos escamotea totalmente el asunto, algo difícil de comprender ya que Vegas era de una erudición tremenda y en la prensa de la época las referencias a la adúltera relación son profusas. Como aquella letrilla que Hugo Garavito rescata en “La última batalla del Califa”, novela histórica sobre la Revolución de 1895, y que a la sazón refiere: “Dicen que el Jefe Supremo (Piérola) / En Valparaíso heredó / la hermosa cámara oscura / Del fotógrafo Garreaud”.
Quien no se anduvo con miramientos de ningún tipo fue el poeta arequipeño Alberto Hidalgo, que escribió con toda la virulencia que su espíritu inconforme le dictaba: “De pronto, un buen día, la Patria tuvo una rival: era una francesa… En plena guerra con Chile, en la triste guerra del 79, su querida almorzaba y comía con champaña mientras los soldados que peleaban por el honor y el interés de la nación no tenían ni agua para beber”.
Imagen: Nicolás de Piérola y Villena, gobernó el Perú entre 1879-1881 y 1895-1899. Foto: Tierra Inca.