Foto: Ruth Shady.
Otro gran hallazgo de la arqueología peruana: el Proyecto Arqueológico Caral - Supe, dirigido por Ruth Shady, descubrió en el Centro Ceremonial de Vichama (Huaura, norte de Lima) un friso elaborado unos 3000 años a.C. Se trata de una mano que sostiene un objeto que podría ser un cuchillo, o un huso para hilar.
Vichama fue un templo contemporáneo a la Ciudad Sagrada de Caral, con la cual tuvo fuertes vínculos económicos y culturales durante el periodo Precerámico Tardío.
Las investigaciones continúan, y tenemos mucha expectativa por lo que se puede descubrir cuando se limpien todas las paredes de uno de los santuarios más antiguos del Perú y América.
Los gráficos de esta entrada fueron publicados el último 7 de octubre en la edición impresa del diario El Comercio, donde el hallazgo fue noticia de primera plana.
Vichama se encuentra a tres horas al norte de la ciudad de Lima.
Gráfico: Diario El Comercio.
La "mano de Vichama" es más antigua que las célebres "manos cruzadas de Kotosh". Foto: Ruth Shady.
de seguro esta resto arqueologico nos guarda aun muchos secretos. Muy interesante sr. Arturo.
ResponderBorrarHola Arturo:
ResponderBorrarMuy importante el hallazgo de Vichama. Hay que estar atentos a las noticias de nuevos hallazgos en ese sitio, ya que es muy probable que más frisos decoren sus paredes y que incluso el friso que vemos sea parte de una representación mayor.
Lo que me preocupa un poco de todo esto es la antigüedad que le asignan. Se ha convertido en algo común decir que cualquier hallazgo en Caral, o en sitios del Precerámico Tardío del Norte Chico, es de 3000 a.C. Sin embargo, no conocemos ningún fechado asociado a los frisos de Vichama. Por similitudes culturales con Caral, sabemos que ambos sitos fueron relativamente contemporáneos. Pero ¿Caral corresponde a 3000 a.C.? ¿Es correcto asignar todos los hallazgos en ese lugar a esa fecha?
Caral tiene varias fases constructivas, donde plataformas, plazas y pirámides se superponen unas sobre otras. 36, de 37 fechados radiocarbónicos disponibles (34 de Caral, 2 de Lurihuasi y 1 de Chupacigarro), ponen a Caral y vecinos entre 3630 ± 70 a.p. y 4197 ± 77 a.p. Sólo un fechado de Caral da una edad más antigua y un tanto atípica en relación a los demás: 4260 ± 70 a.p. (Shady 2006:60).
Si calibramos los fechados con Calib 5.0 (usando 2 sigmas y con la corrección de la curva del Hemisferio Sur: http://calib.qub.ac.uk) tendríamos que el 4197 ± 77 a.p. estaría entre 2898 – 2491 a.C. y el 3630 ± 70 a.p. entre 2136 – 1740 a.C. El fechado más antiguo de 4260 ± 70 a.p. estaría en algún momento entre 2998 y 2504 a.C.
¿Qué se saca en claro de esto? Que Caral, Lurihuasi y Chupacigarro, estuvieron en funcionamiento en algún momento entre 2998 y 1740 a.C. Si queremos reducir un poco los márgenes podríamos tomar las medias de los fechados extremos y quedarnos entre 2751 y 1938 a.C. aproximadamente, lo cual nos pone, coherentemente, dentro de los márgenes de los 37 fechados disponibles. De ahí que es incorrecto querer retroceder Caral (o los sitios vecinos) al 3000 a.C. sólo porque uno de los extremos de uno de 37 fechados da 2998 a.C. (ese fechado también podría ser de 2504, 2600 o 2700 a.C.). El método señala que cuando algunos fechados salen del margen de la mayoría entonces deben ser asumidos con mucha cautela hasta que se tengan mejores evidencias para tomarlos en cuenta o para descartarlos definitivamente. Si se descarta, entonces Caral no sería más antiguo que 2898 a.C. y podríamos situarlo, tomando las medias de sus fechados extremos, entre 2695 y 1938 a.C.
Los fechados radiocarbónicos sirven para calcular la edad de un resto orgánico en particular, y sólo sirven indirectamente para fechar el contexto en el cual se halló. De ahí es que vienen las confusiones. Supongamos que un agricultor incipiente del 4000 a.C. dejó un pedazo de madera tirado en un lugar. Dos mil años después, alguien lo encontró mientras labraba sus tierras, se lo llevó y lo dejó depositado en un relleno de una de sus construcciones. Luego, en la actualidad un arqueólogo descubre el madero en sus excavaciones y lo manda fechar. Resulta entonces que el fechado da 4000 a.C. ¿Significa que la construcción donde lo encontró es de esa antigüedad? Pues no. Por eso el fechar un sitio arqueológico requiere de múltiples fechados, de su corrección y calibración, del cálculo estadístico de los mismos, y definitivamente, descartar los que no guarden coherencia con los demás, especialmente si estos vienen de rellenos o contextos que pueden haber sido removidos antes de la intervención del arqueólogo.
ResponderBorrarPor todas esas consideraciones, no me parece correcto señalar que el friso de Vichama sea del 3000 a.C., ya que ni disponemos de fechados seguros que provengan directamente de ese sitio, ni los fechados de Caral, incluso el más antiguo así tomemos uno de sus extremos, alcanza dicha edad. Por el momento me parece mucho más certero, y prudente, decir que el friso se hizo en algún momento entre el 2000 y el 3000 a.C.
Saludos,
Joaquín
Bibliografía
Shady Solis, Ruth
2006 “America First City? The case of Late Archaic Caral”. Andean Archaeology III: 29–66. (Editado por William H. Isbell y Helaine Silverman). Springer.
Tienen razón amigos, sería maravilloso poder apreciar más frisos y conocer mejor la vida de estos antepasados.
ResponderBorrarGracias por las precisiones Joaquín. A veces por hacerlos más recordables se redondean los fechados, y se puede caer en errores.